
Y aquí entre en escena este maravilloso cacharro un contenedor de comida china. Es genial porque como veis podéis dejar los palillos colocaditos y además el fabricante nos asegura que nuestro arrocito siempre estará calentito y a salvo del viento y lluvia.
Yo creo que con esto y un porta-lilis-sisis, la vida sería mucho más bonita.
Recuerdos a los amiguitos de Madrid que callejean hasta altas horas de la noche y que esto le vendría de perlas en su "set nocturno".
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