En esas tibias noches de lilis cuando el hambre aprieta siempre encuentras un chino amable, que nos ayuda a pasar ese momento. Pero claro en el típico soporte cartón-papel grasoso que contribuye a la alimentación, pero no sabemos de que modo.
Y aquí entre en escena este maravilloso cacharro un contenedor de comida china. Es genial porque como veis podéis dejar los palillos colocaditos y además el fabricante nos asegura que nuestro arrocito siempre estará calentito y a salvo del viento y lluvia.
Yo creo que con esto y un porta-lilis-sisis, la vida sería mucho más bonita.
Recuerdos a los amiguitos de Madrid que callejean hasta altas horas de la noche y que esto le vendría de perlas en su "set nocturno".
lunes, agosto 21, 2006
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